«En aquel tiempo los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado».
Volvieron a reunirse con Jesús. Esta expresión pone de manifiesto la cálida relación que debe existir entre Jesús y nosotros, sus discípulos. ¿Quién mejor que él puede ser el depositario de nuestras confidencias, de nuestras búsquedas, de nuestros fracasos, de nuestros logros? Al igual que los discípulos también nosotros necesitamos quedarnos solos, adentrarnos en la profundidad de nuestros sentimientos, y en esa intimidad depositar en el corazón de Jesús todo lo que nos preocupa, y nos distrae del compromiso de seguimiento al que jesús nos llama. Confiados en su infinita misericordia, aceptemos gozosamente la invitación que nos hace de descansar con Él, de permanecer a la escucha de su palabra dejando que esta cale hondo en nuestro corazón, confronte nuestros deseos y nuestras actitudes con las suyas y nos disponga a implicarnos gozosa y apasionadamente en la construcción de su Reino de paz, de justicia, de fraternidad.
Marcos nos invita a todos y cada uno en este Evangelio a comprometernos, desde los lugares y estados concretos en los que se desarrolla nuestra vida: familia, trabajo, vida Religiosa o desde estado laical, a implicarnos y unir esfuerzos para crear un mundo fraterno y solidario en el que todos por igual tengamos cabida, y nos sintamos hijos del Padre que hace salir el sol sobre justos y sobre pecadores.
Jesús nos invita a descansar con él y a llenarnos de su Espíritu y sus sentimientos para capacitarnos a estar disponibles para el servicio a los hermanos especialmente de los más vulnerables y desvalidos.
Al final de la narración de Mateo se nos dice que Jesús sintió lástima de la multitud y se puso a enseñarles con calma.
Jesús se retira para orar pero se deja interrumpir por las necesidades de la gente. Entre estos dos polos, contemplación y acción, oración y compromiso deben girar nuestras búsquedas y nuestros esfuerzos como cristianos, para construir un mundo más justo y más solidario.
Hna. Raquel Rosillo, JST