Como el Padre me ha amado… Domingo VI de Pascua

Cuando amamos nuestro mundo se transforma, porque el amor le da sentido. Cuando una persona está enamorada hace todo lo que nunca se imaginó que podría hacer por esa persona de la que se ha enamorado; podríamos decir que el amor saca lo mejor de cada uno.  Amar es descubrir que se tiene la capacidad de compartir lo que se es con y por el otro. Amar es decir “opto por ti”; es una decisión, es una opción.

 

La liturgia de este VI Domingo de Pascua nos presenta la opción de Dios de AMARNOS. Él opta por cada uno de nosotros; nos creó desde el amor para el amor. La prueba más grande de su amor es que “nos dio a su Hijo, para que tengamos vida”.

Esta es la esencia del mensaje cristiano, estamos llamados a amar como Jesús nos ha amado: “Ámense unos a otros como Yo los he amado”. Jesús nos quiere alegres, felices: “que mi alegría este en vosotros”.  Nos invita a una relación de amistad: “a vosotros los llamo amigos”, introduciéndonos en la relación del Padre “como el Padre me ama”, “les he dado a conocer lo que oí a mi Padre”.

Porque hemos experimentado el amor podemos amar, así el mandamiento nuevo no es una regla, sino un modo de vivir que refleja mi misión en el mundo, con mis hermanos.

Un buen día para reflexionar sobre nuestras opciones y formas de amar y para recrearnos en el AMOR que Dios nos tiene.

Comentario del Evangelio VI Domingo de Pascua. 

Hna. Diana Ruiz, JST