El Nacimiento de la Virgen.
Bartolomé Esteban MURILLO (Seville, 1618 – Seville, 1682)
1661
H. 1.79 m; W. 3.49 m
Adquirido en 1858
Museo del Louvre
María, enraizada en el Dios fiel, segura de quien se había fiado, fue feliz en la participación al plan divino de Dios, sinceramente buscado, confiadamente acogido, entrañado en el corazón, vivido desde el convencimiento de ser amada por encima de todo.
Somos llamadas, junto con María, a poner nuestra vida al servicio de Dios, a que sea él el origen de nuestra vida, el principio y raíz de nuestro ser.
Desde esta clave estamos llamadas a renovar nuestra consagración:
* Dejándonos seducir por el que es Camino, Verdad y Vida. Jesús es fuerza, gracia , luz y vida, no solo modelo a imitar.
* Siendo testigos de la fraternidad, que es valor del Reino.
Que María, la que fue feliz por creer, nos fortalezca en nuestras búsquedas, dificultades y nos ayude a avivar la lámpara de la fe en la oración, la Palabra y el amor a los hermanos.